viernes, 30 de septiembre de 2011

El Amor

... El amor no da nada más a sí mismo
y no toma nadamás que de sí mismo.
El amor no posee ni es poseído.
Porque el amor es suficiente para el amor.

Cuando améis no debéis decir: «Dios está en mi corazón
», sino más bien: «Yo estoy en el corazón de Dios.»
Y pensad que no podéis dirigir el curso del amor porque él si os encuentra dignos, dirigirá vuestro curso.

El amor no tiene otro deseo que el de realizarse.
Pero, si amáis y debe la necesidad tener deseos, que
vuestros deseos sean éstos:


Fundirse y ser como un arroyo que canta su melodía
a la noche.
Saber del dolor de la demasiada ternura.
Ser herido por nuestro propio conocimiento del
amor. Y sangrar voluntaria y alegremente.
Despertarse al amanecer con un alado corazón y dar
gracias por otro día de amor.

Descansar al mediodía y meditar el éxtasis de amar.
Volver al hogar con gratitud en el atardecer.
Y dormir con una plegaria por el amado en el corazón
y una canción de alabanza en los labios.


(fragmento de "El Profeta", de Khalil Gibran).